sábado, 11 de septiembre de 2010

Tlacotalpan de las inundaciones

Teléfono Rojo
Eliseo Tejeda Olmos


No había tenido la oportunidad de visitar Tlacotalpan desde hace muchos años, pese a que cada año me decía ¡ahora si voy a las fiestas de la Candelaria! Debido a que mi hija Mónica, por carga de trabajo no pudo ir al recorrido por la zona inundada me pidió que la cubriera el pasado viernes, lo que hice con todo gusto porque afortunadamente conservo la vocación de reportero, sin embargo lo que vi al llegar después de un viaje de casi dos horas en lancha sobre el Papalopan me estrujó el corazón.
Tlacotalpan está abandonada a regañadientes, por sus pobladores. Unos cuantos quedan sobreviviendo en azoteas y esperando la ayuda de quien sea: el Gobierno Federal, el del Estado o de la sociedad misma, organizada o desorganizada, pero que la ayuda llegue, eso es lo importante.
En el recorrido a bordo de un vehículo de la Marina, se ven las calles vacías y las puertas de las casas abiertas por las fuerzas de la corriente unas y otras por malandrines que no desperdician la oportunidad de darse a la rapiña. Solamente el Museo de Tlacotalpan está resguardado por militares ya que alberga una obra centenaria valuada en poco más de 20 millones de pesos y que ya ordenó el gobernador Fidel Herrera Beltrán sea rescatada cuanto antes.
En una de las calles, una familia, padre y madre de familia, hija y nieto, relatan a los reporteros la desgracia que aqueja a los que se fueron y a los pocos que se quedaron. Pese a los rondines de la policía, marinos y el ejército, los buitres se dan sus mañas para romper las puertas a golpes por las noches y entrar a robar lo que se pueden.
Más adelante, en un puente que sirve para cruzar lo que en tiempos normales es un arroyo, ahora es un improvisado refugio familiar en el que medio comen unos tlacotalpeños que se quedaron a cuidar sus casas y las de sus vecinos.
Es cierto, la gente de Tlacotalpan está tan acostumbrada a la invasión de las aguas del Papaloapan que desestimó los avisos de alerta por parte de las autoridades de Protección Civil estatales y municipales, porque desde hace muchos, pero muchos años atrás, no se había visto una inundación de tal magnitud como la que prácticamente ahoga a Tlacotalpan, la ciudad amada por Agustín Lara.
De los que se fueron y están en los refugios pocos subieron sus cosas más allá de un metro de altura. Muebles y otros enseres que no son de plástico, se echaron a perder ya. No está de más decir que seguramente muchos lo habrán perdido todo: muebles, ropa, cosas de gran valor sentimental.
Otras víctimas son los animales, las mascotas, que a sus dueños no dejaron subirlas ni a los barcos ni a las lanchas. Unas se han ahogado y otras más afortunadamente han sido salvadas por amigos y protectores de animales, como Laura Haddad que con otro grupo de compañeros suyos además de reportear se ha ido a Tlacotalpan con pocos recursos pero muchos ánimos para trabajar y salvar cuantos animales puedan.
Hay muchos héroes anónimos que cuando mucho saldrán en las fotos: marinos, soldados, lancheros, brigadistas, choferes, personal de la Sedesma, Protección Civil, Secretaría de Salud y policías. A ellos, los sinnombre, nuestro reconocimiento por que muchos de ellos han estado ahí en Tlacotalpan desde hace 20 días por lo menos, los mismos días que ha permanecido ahi la secretaria de PC, Silvia Domínguez, quien con entereza y fidelidad hacia los damnificados, tiene guardia permanente.
Fui y volví a Xalapa, en treinta años de trabajo he visto desgracias, muertos, heridos, desastres, incendios, emergencias de todo tipo, pero ver a Tlacotalpan el pasado fin de semana en esas condiciones casi me provoca llorar, pero pues no, hay que cumplir para informar y pues la única buena noticia, pero buena al fin, es que disminuirá el desfogue de las presas y con ello se espera que el nivel de las aguas sobre la ciudad baje para de ese modo puedan volver los tlacotalpeños a su ciudad, para hacer el recuento de los daños.
Ojalá y nuestra solidaridad, como la que han demostrado muchos veracruzanos que han respondido al llamado de entidades públicas como el DIF y privadas como Avan Radio, siga demostrándose porque cuando los habitantes de la Perla del Papaloapan vuelvan necesitarán de más ayuda, víveres y agua potable.
Comentarios: telefonorojo2006@yahoo.com.mx