sábado, 28 de mayo de 2011

Enseñar a pescar

Teléfono Rojo
Eliseo Tejeda Olmos


Regala un pescado a un hombre
 y le darás alimento para un día,
enséñale a pescar y lo alimentarás
 para el resto de su vida"
 (Proverbio chino)

El gobernador Javier Duarte de Ochoa en la presentación del que será el eje rector de la política social de su administración, el programa único “Adelante”, sintetizó en la siguiente frase de que se trata: “la política asistencialista, sin que promueva un cambio de actitudes, sin la corresponsabilidad como elemento fundamental de la superación y el desarrollo, hoy mantiene a miles de mujeres y hombres en la marginación”.
Como el proverbio que se adjudica a los chinos, porque otros me han dicho que es japonés, en México se ha estado practicando una política asistencialista que como bien dice el gobernador Duarte de Ochoa, sólo permite satisfacer las más elementales necesidades de los que menos tienen pero en nada los prepara para ser autosuficientes, sino a depender constantemente de la “bondad” gubernamental, más bien de los que gobiernan.
No ha sido error involuntario tal práctica, sino al contrario perversa y malintencionada acción que permite el control político de los pobres. En el gobierno federal se cambio de siglas partidistas, pero las prácticas de control y manipulación demagógica no desaparecieron, al contrario, se fortalecieron con otros nombres.
Las quejas y ejemplos periódicos de una política asistencialista partidista están bien documentadas en los diferentes medios de comunicación. Las manipulaciones del “te ayudo pero votas por mi partido o mis candidatos” menudean en épocas pre y electorales. A quienes detentan el poder y buscan llegar a él, les conviene que los pobres sigan siendo pobres y se acostumbren a estirar la mano.
No han servido de nada los discretos avisos de “Este programa es de carácter público, no es patrocinado ni promovido por partido político alguno y sus recursos provienen de los impuestos que pagan todos los contribuyentes. Esta prohibido el uso de este programa con fines políticos, electorales, de lucro y otros distintos a los establecidos. Quien haga uso indebido de los recursos de este programa será sancionado de acuerdo con la ley aplicable y ante la autoridad competente”.
Unos neopartidos políticos incluso sacan jugo de recursos públicos al lucirse con sombrero ajeno ofreciendo becas a estudiantes, amas de casa y desempleados. “Orientan” y canalizan a los solicitantes hacia programas gubernamentales que por escasa difusión no llegan a la población que debería ser beneficiada, pero a cambio de ello, manipulan a las personas para que crean que es el partido político quien los beneficia y apoya.
Es el mismo método, pero más estilizado de los “líderes” que bloquean calles con muchedumbres necesitadas de un terreno para construir una vivienda propia; de despensas para la familia y de becas para que los hijos estudien por lo menos, la primaria. Enseñar a los pobres para que pidan, exijan, pero no a que se desarrollen por si mismos porque de ser así, será más difícil manipularlos.
Pues el pasado jueves por la tarde, el gobernador Javier Duarte propuso con carácter de obligatorio para todas las dependencias estatales y quienes las encabezan aplicar de otro modo la política asistencialista, dar si, pero al mismo tiempo preparar a los beneficiarios para que aprovechen el “empujón” para caminar solos, para desarrollarse y lograr ser autosuficientes.
Y el primer paso que habrá de cumplirse es la corresponsabilidad. Que se cumpla con la ayuda pero el que recibe que se esfuerce por encontrar la forma, el modo, de salir adelante, sin esa parte nada se logrará y el daño es para quienes menos tienen porque seguirán marginados sin posibilidades de superación ni desarrollo.
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