jueves, 10 de mayo de 2012

El Alzheimer de Elba Esther

Teléfono Rojo
Eliseo Tejeda Olmos

·      *  ¿Pedirán alumnos exámenes bilaterales?

Como sabadazo podría calificarse la reunión en Tijuana del Consejo Nacional del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación que dirige de hecho la profesora Elba Esther Gordillo. Allí, ante 300 consejeros presididos por el secretario general y dirigente nominal de ese sindicato, Juan Díaz, ya de madrugada y cuando cansados de esperar y ante la indeclinable postura de los guardianes de la reunión sindical, los reporteros se habían retirado, se aprobó el NO a la evaluación universal que pretende aplicar la Secretaría de Educación de Pública a los profesores que prestan sus servicios al sector educativo público.
El argumento de la profesora Elba Esther es que la SEP no informó de manera oportuna y expedita los mecanismos que se aplicarán en la mentada Evaluación Universal y que por ello deberá ser aplazada hasta que los dirigentes magisteriales participen en el cómo y cuándo deberá llevarse a cabo.
Sin que se aclare del todo, la postura de los consejeros del SNTE es que no se permitirá una evaluación que vaya en contra de sus intereses ¿cuáles?. Tal vez los profesores que representaron en el Consejo Nacional sentista a la sección 32 de la cual es secretario general el hijo de Juan Nicolás Callejas, puedan explicarlo ya estando de regreso en Veracruz.
Mientras eso sucede y la explicación llega, vale la pena recordar que hace ya casi un año, el 14 de mayo de 2011 en la celebración del Día del Maestro en el Castillo de Chapultepec, la mismísima Elba Esther Gordillo “solicitó” al presidente Felipe Calderón la evaluación universal al magisterio como parte de los compromisos de la pomposamente denominada “Alianza por la Calidad de la Educación” (cualquier parecido con el Partido Nueva Alianza es mera coincidencia).
Ese día la profesora Elba Esther señalaría en su discurso: “seguimos creyendo que resulta indispensable una profunda transformación de la educación normal y las reglas que le rigen, para formar a los maestros con las competencias que ahora se demandan” y sentenciaría que “requerimos de una educación con más calidad de la que disponemos hoy. Claro que no estamos conformes con lo que hemos logrado”.
Seguramente fue un buen discurso político ante cámaras y micrófonos, pero resultó que el presidente Felipe Calderón, que dicen logró llegar a la Presidencia de la República con el apoyo de la dirigente moral y real del SNTE, le tomó la palabra y a casi un año de distancia la SEP anuncia que la Evaluación Universal a los profesores va.
El mal de Alzheimer es recurrente entre la clase política mexicana (y de otros países también) y es lo que podría estar ocurriendo con la profesora Elba Esther que ahora se opone a lo que solicitó públicamente al mismo presidente Felipe Calderón, quien en un gesto de amabilidad y despedida a su supuesta aliada de otros tiempos, habría concedido la evaluación para que nuestro país cuente con una educación de más calidad.
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Bueno y ante la postura magisterial ¿cómo se vería que los estudiantes de todos los niveles, no solamente de educación básica, pidieran a sus profesores antes de que este les aplique cualquier evaluación o examen, que antes lo discutan ambas partes para que de ese modo no se afecten los intereses de los alumnos?
Lo anterior sería siguiendo el ejemplo de los profesores, total los jóvenes terminan imitando el ejemplo de los adultos, se dice con mucha frecuencia y sin duda alguna.
No está por demás que aproveche la coyuntura para reconocer a la mayoría de mis profesores de educación básica que me ayudaron a aprender a leer y escribir, sumar, restar, dividir y multiplicar.
Como casi todos, una profesora fue la excepción al ponerme una muy baja calificación  en la importante materia de “trabajos manuales” porque como la situación económica familiar no permitió comprar los materiales necesarios para cumplir con esas actividades y a despecho de no poder reprobarme en otras materias menos importantes como aritmética, español, geografía o historia, aún por sobre la observación de la Directora decidió “cumplir con su deber”.